Para empezar esta crónica – ladrillo, me gustaría empezara a hablar de la Isla y de mi relación con
ella. Me considero una persona afortunada, ya que desde la ventana de mi
despacho veo Nueva Tabarca a diario, y he buceado en ella decenas de veces tanto
por placer como por trabajo, disfrutando de sus aguas cristalinas que albergan
una gran riqueza de especies. Así que cuando un compañero me comentó que
quedaban pocas plazas para la travesía, me apunté casi por “inercia”, y
reconozco que me cogió por sorpresa estar seleccionado.
A partir de dicha selección, enfoqué mi entrenamiento más
hacia la natación, metiendo más carga de piscina que del resto (por otra parte
como viene siendo habitual), e incluso haciendo alguna salida al mar,
aprovechando que el tiempo era favorable. Eso sí, la última semana sólo una
sesión, por ocupaciones varias…
El día T empezó rondando las 4:00 AM, levantándome para
darle el biberón a mi churumbel. Extrañamente (ya me pasó en el Tricross de
Santa Pola) no tenía ningún tipo de nervios, así que desayuné tranquilamente, y
volví a revisar el material que pensaba llevarme a la Travesía (dos gafas, dos
bañadores, vaselina, chanclas, toalla, etc.).
A las 5:00 AM (con la sensación de que aún no estaban
puestas las calles) me recogían en el Stadio JL y Her Mi, de ahí pasamos a por
Dani, y cerca de las 6 recogíamos el dorsal en el puerto de Santa Pola,
alrededor de muchísima gente y de una organización elogiable. Después de un
cambio de aguas in extremis, nos
embarcamos en la última tabarquina, empezando a desgranar la “táctica” y viendo
la línea de boyas. Y sí, en ese momento te empiezas a dar cuenta de la
distancia real que hay entre la Isla Plana
y la línea de costa, y no era precisamente poca. Eso y la ligera brisa de
lebeche / corriente en contra que se apreciaba.
Foto cortesía de Her Mi (en realidad robada vilmente de su FB).
Juraría que en esos momentos era de noche...
Llegamos al puerto, salimos prácticamente los últimos y nos
vamos a la playa. Dejamos las cosas que recogeremos a la vuelta, vamos
tranquilamente hacia la orilla y de repente escuchamos un bocinazo. “¿YAAA?”.
Pues sí, daba comienzo la travesía y yo con el gorro a medio poner, al final de
toda la marea humana y sin las gafas. Me pongo las gafas (eso sí, sin prisa),
nos vamos metiendo al agua entre bromas y empezamos a nadar, con calma. Y lo de
con calma es porque saliendo en la posición que lo hicimos, creo que pasamos la
primera boya nadando más a braza que a crol, incluso parándonos a ratos.
Al pasar la primera boya y ya girar hacia Santa Pola, se
empieza a notar el oleaje y la corriente. Vale, cualquiera del norte diría que
no era nada, y de hecho no era “casi” nada, pero las mini-ondas y la
mini-corriente se notaban algo. De muestra, un vídeo que han colgado por ahí.
La táctica decidida tras largas discusiones (dos frases en
la playa) era ir un compañero (José Luis) y yo en paralelo, hasta que uno de
los dos petara o el otro quisiera tirar fuerte. Entre tanta gente y con el mar
movido, simplemente nos vamos vigilando mientras pasamos el primer Km., paramos
un poco a braza para comentar sensaciones, seguimos para el segundo Km. donde
paramos otro poco para ver qué tal vamos, etc.
En el tercer Km. había un barco que daba avituallamiento
(una botella de agua dulce), donde paramos (otra vez) para beber, des-beber, y
charlar amigablemente sobre cualquier cosa. Vamos, un piss-stop de 3-4 minutazos, donde nos faltó pedir una cañita y unas
bravas…
Y de ahí, llevando ya la mitad del recorrido, sólo nos
faltaba descontar. Ir más o menos concentrado en la brazada, alargando y
deslizando, mirar de vez en cuando hacia las boyas para no desviarnos mucho, y
distraernos con el fondo de Posidonia
oceanica que teníamos bajo nuestros pies.Y seguir hablando de vez en cuando.
Allá por el Km. 5 el fondo empieza a cambiar y a
enturbiarse, se vuelve más arenoso y nos indica lo cerca que está ya el arco de
meta. Se impone un pequeño apretón de ritmo, hasta que las manos empiezan a
tocar el fondo y nos ponemos de pie. Todo el mundo va andando tranquilo, con
una sonrisa en la cara hacia el arco de meta, así que por una vez no hacemos la triatleta, y cruzamos el arco
de meta tras 2:11:43, charlando como si acabáramos de salir de casa.
Después de las fotos de rigor, y del paso por las duchas
toca lo mejor de la travesía: EL AVITUALLAMIENTO. Y las cosas como son, a mí me
pareció excelente, ya no sólo por la cantidad y variedad sino por hacerlo
debajo de una carpa protegidos del sol. Y si bien en la travesía acabé a media
tabla, si hubiera habido clasificación de zampadores, estoy casi seguro que
habría hecho TOP-3…¡¡que había que amortizar la inscripción!! Entre helado,
trozo de coca y rodaja de sandía voy saludando a algunos conocidos: Dani (el
tercero del Stadio) aparece al rato, los hermanísimos Felio y Carlos, Antonio
David, Pableras, los compis de detrás de la tabarquina, y alguno más que se me
olvidará. Y todo el mundo con el que hablo destaca que ha sido una travesía
lenta, entre 15 a
20 minutos más lenta que en condiciones de mar en calma total.
Resumiendo (que ya va tocando): puesto 439 (194 de mi categoría) para 2:11:53.
No demasiado contento con el tiempo, ni con las sensaciones, ya que creo que
dosificamos mal siendo demasiado reservones (en román paladino nos tocamos las
OO a dos manos). También es cierto que me sentía genial en la llegada, sin
cansancio, pero el resto de semana lo pasé con una tendinitis en el antebrazo
derecho, debida seguramente al golpeteo al entrar dicho brazo.
Y, pese a jurar y perjurar que seguramente no vuelva a hacer
dicha travesía por el considerable madrugón, me he quedado con ganas de
repetir, esta vez con un enfoque algo más competitivo (de los de llegar sub-2 o
petar a media travesía). Así que si el año que viene me cuadra y tengo suerte
en el sorteo… allí nos veremos.
Muy bueno, a mi me gusto mucho, si tengo suerte repetiré el año que viene intentando mejorar mi tiempo, que aun así me sorprendí y termine muy contento, aun que creo que 15 o 20 min de mejora por calma total es demasiado. Saludos
ResponderEliminarPor cierto, esta la de Urbanova el día 5 de Agosto ( 2000m ) y la de la vuelta al Peñon de Ifach Calpe el 2 de Septiembre ( 3200m ) ahí lo dejo!
ResponderEliminar¡Hola Art! Como ya le dije a Pableras, en la llegada te vi de lejos (con una valla de por medio) y no pude saludarte.
ResponderEliminarLo de los 15 ó 20 minutos de mejora no es una estima mía, es de varias personas que han hecho alguna vez la travesía. Lo que sí puedo decir es que podríamos haber bajado 15 minutos EN LAS MISMAS CONDICIONES limando un par de detalles.
Sobre las travesías, bichearé un poco a ver si me animo.
¡Un abrazo!
Buenas!!
ResponderEliminarPues yo ando pensando lo mismo para el año que viene... tomarlo en plan un poco más competitivo (conmigo mismo) y bajar el tiempo de este año. La verdad es que al no haber nadado nunca esta distancia en mar creo que pequé de reservón... pero me la pasé muy bien.
Arturo ya se ha apuntado a lo de urbanova... y yo me lo estoy pensando...
Abrazos!!
Mejorar siempre es un buen propósito, sólo que en mi caso es mucho más fácil que en el tuyo (lo hice bastante peor...)
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