lunes, 16 de julio de 2012

Travesía Tabarca - Santa Pola (8/VII/2012)

      Para empezar esta crónica – ladrillo, me gustaría empezara a hablar de la Isla y de mi relación con ella. Me considero una persona afortunada, ya que desde la ventana de mi despacho veo Nueva Tabarca a diario, y he buceado en ella decenas de veces tanto por placer como por trabajo, disfrutando de sus aguas cristalinas que albergan una gran riqueza de especies. Así que cuando un compañero me comentó que quedaban pocas plazas para la travesía, me apunté casi por “inercia”, y reconozco que me cogió por sorpresa estar seleccionado.

      A partir de dicha selección, enfoqué mi entrenamiento más hacia la natación, metiendo más carga de piscina que del resto (por otra parte como viene siendo habitual), e incluso haciendo alguna salida al mar, aprovechando que el tiempo era favorable. Eso sí, la última semana sólo una sesión, por ocupaciones varias…
 
      El día T empezó rondando las 4:00 AM, levantándome para darle el biberón a mi churumbel. Extrañamente (ya me pasó en el Tricross de Santa Pola) no tenía ningún tipo de nervios, así que desayuné tranquilamente, y volví a revisar el material que pensaba llevarme a la Travesía (dos gafas, dos bañadores, vaselina, chanclas, toalla, etc.).

      A las 5:00 AM (con la sensación de que aún no estaban puestas las calles) me recogían en el Stadio JL y Her Mi, de ahí pasamos a por Dani, y cerca de las 6 recogíamos el dorsal en el puerto de Santa Pola, alrededor de muchísima gente y de una organización elogiable. Después de un cambio de aguas in extremis, nos embarcamos en la última tabarquina, empezando a desgranar la “táctica” y viendo la línea de boyas. Y sí, en ese momento te empiezas a dar cuenta de la distancia real que hay entre la Isla Plana y la línea de costa, y no era precisamente poca. Eso y la ligera brisa de lebeche / corriente en contra que se apreciaba.

 Foto cortesía de Her Mi (en realidad robada vilmente de su FB). 
Juraría que en esos momentos era de noche...

      Llegamos al puerto, salimos prácticamente los últimos y nos vamos a la playa. Dejamos las cosas que recogeremos a la vuelta, vamos tranquilamente hacia la orilla y de repente escuchamos un bocinazo. “¿YAAA?”. Pues sí, daba comienzo la travesía y yo con el gorro a medio poner, al final de toda la marea humana y sin las gafas. Me pongo las gafas (eso sí, sin prisa), nos vamos metiendo al agua entre bromas y empezamos a nadar, con calma. Y lo de con calma es porque saliendo en la posición que lo hicimos, creo que pasamos la primera boya nadando más a braza que a crol, incluso parándonos a ratos.

      Al pasar la primera boya y ya girar hacia Santa Pola, se empieza a notar el oleaje y la corriente. Vale, cualquiera del norte diría que no era nada, y de hecho no era “casi” nada, pero las mini-ondas y la mini-corriente se notaban algo. De muestra, un vídeo que han colgado por ahí.



      La táctica decidida tras largas discusiones (dos frases en la playa) era ir un compañero (José Luis) y yo en paralelo, hasta que uno de los dos petara o el otro quisiera tirar fuerte. Entre tanta gente y con el mar movido, simplemente nos vamos vigilando mientras pasamos el primer Km., paramos un poco a braza para comentar sensaciones, seguimos para el segundo Km. donde paramos otro poco para ver qué tal vamos, etc.

      En el tercer Km. había un barco que daba avituallamiento (una botella de agua dulce), donde paramos (otra vez) para beber, des-beber, y charlar amigablemente sobre cualquier cosa. Vamos, un piss-stop de 3-4 minutazos, donde nos faltó pedir una cañita y unas bravas…

      Y de ahí, llevando ya la mitad del recorrido, sólo nos faltaba descontar. Ir más o menos concentrado en la brazada, alargando y deslizando, mirar de vez en cuando hacia las boyas para no desviarnos mucho, y distraernos con el fondo de Posidonia oceanica que teníamos bajo nuestros pies.Y seguir hablando de vez en cuando.

      Allá por el Km. 5 el fondo empieza a cambiar y a enturbiarse, se vuelve más arenoso y nos indica lo cerca que está ya el arco de meta. Se impone un pequeño apretón de ritmo, hasta que las manos empiezan a tocar el fondo y nos ponemos de pie. Todo el mundo va andando tranquilo, con una sonrisa en la cara hacia el arco de meta, así que por una vez no hacemos la triatleta, y cruzamos el arco de meta tras 2:11:43, charlando como si acabáramos de salir de casa.

Qué porte, qué estilo, qué clase.... ¡¡¡QUÉ PACHORRA!!!

      Después de las fotos de rigor, y del paso por las duchas toca lo mejor de la travesía: EL AVITUALLAMIENTO. Y las cosas como son, a mí me pareció excelente, ya no sólo por la cantidad y variedad sino por hacerlo debajo de una carpa protegidos del sol. Y si bien en la travesía acabé a media tabla, si hubiera habido clasificación de zampadores, estoy casi seguro que habría hecho TOP-3…¡¡que había que amortizar la inscripción!! Entre helado, trozo de coca y rodaja de sandía voy saludando a algunos conocidos: Dani (el tercero del Stadio) aparece al rato, los hermanísimos Felio y Carlos, Antonio David, Pableras, los compis de detrás de la tabarquina, y alguno más que se me olvidará. Y todo el mundo con el que hablo destaca que ha sido una travesía lenta, entre 15 a 20 minutos más lenta que en condiciones de mar en calma total.

     Resumiendo (que ya va tocando): puesto 439 (194 de mi categoría) para 2:11:53. No demasiado contento con el tiempo, ni con las sensaciones, ya que creo que dosificamos mal siendo demasiado reservones (en román paladino nos tocamos las OO a dos manos). También es cierto que me sentía genial en la llegada, sin cansancio, pero el resto de semana lo pasé con una tendinitis en el antebrazo derecho, debida seguramente al golpeteo al entrar dicho brazo.

      Y, pese a jurar y perjurar que seguramente no vuelva a hacer dicha travesía por el considerable madrugón, me he quedado con ganas de repetir, esta vez con un enfoque algo más competitivo (de los de llegar sub-2 o petar a media travesía). Así que si el año que viene me cuadra y tengo suerte en el sorteo… allí nos veremos.


5 comentarios:

  1. Muy bueno, a mi me gusto mucho, si tengo suerte repetiré el año que viene intentando mejorar mi tiempo, que aun así me sorprendí y termine muy contento, aun que creo que 15 o 20 min de mejora por calma total es demasiado. Saludos

    ResponderEliminar
  2. Por cierto, esta la de Urbanova el día 5 de Agosto ( 2000m ) y la de la vuelta al Peñon de Ifach Calpe el 2 de Septiembre ( 3200m ) ahí lo dejo!

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola Art! Como ya le dije a Pableras, en la llegada te vi de lejos (con una valla de por medio) y no pude saludarte.

    Lo de los 15 ó 20 minutos de mejora no es una estima mía, es de varias personas que han hecho alguna vez la travesía. Lo que sí puedo decir es que podríamos haber bajado 15 minutos EN LAS MISMAS CONDICIONES limando un par de detalles.

    Sobre las travesías, bichearé un poco a ver si me animo.

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  4. Buenas!!

    Pues yo ando pensando lo mismo para el año que viene... tomarlo en plan un poco más competitivo (conmigo mismo) y bajar el tiempo de este año. La verdad es que al no haber nadado nunca esta distancia en mar creo que pequé de reservón... pero me la pasé muy bien.

    Arturo ya se ha apuntado a lo de urbanova... y yo me lo estoy pensando...

    Abrazos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mejorar siempre es un buen propósito, sólo que en mi caso es mucho más fácil que en el tuyo (lo hice bastante peor...)

      ¡Estamos en contacto!

      Eliminar